lunes, 19 de octubre de 2015

 Aguas calmadas



No conviene zanjar el debate sobre la competencia del periodismo para tener voz, sin acordarse de la pelea del periodista Ali Lmrabet por lograr recuperar un espacio crítico en Marruecos o la desaparición de los tres periodistas españoles en Alepo. Junto a José Manuel López y Ángel Sastre viajaba Antonio Pampliega, que hace algún tiempo nos alertó sobre las condiciones laborales de los reporteros en zona de conflicto, sin el respaldo de una empresa, enlazando piezas para poder sostenerse económicamente sin que la sociedad acabe de entender su valor fundamental en el mercadeo de la información. Mientras el espacio mediático lo ocupa cada vez más la celebración de lo inane con el atontamiento lúdico de una audiencia a la que se festeja cuanto más chabacana y reaccionaria sea, el periodismo pelea por seguir arañando no en la epidermis sino en la esencia del nuevo mundo que estamos creando. 








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